domingo, 2 de septiembre de 2007

Caminante... no hay camino... ¿nos vamos a saturar?

Ensayo para Ernesto García Moraga y Acapulco.

El detective de Acapulco Joe Killer está convencido que “En este mundo traidor” nada es verdad o mentira. Todo se ve del color del cristal con que se mira.” El cristal con que observa mi Tío Pedro (Ramírez Vázquez) es un cristal optimista, bohemio, volátil y sin poner los pies en la tierra... al fin y al cabo es un artista, un creador, un arquitecto.

Pero su última declaración aún retumba como tambora por valles, cerros, colonias. Los hoteleros con ojos incrédulos observan sus cuartos vacíos todo el año y leen en los periódicos... ¡No se construye la super carretera... para que no venga mucho turismo y nos llene de problemas para hospedarlos y atenderlo. ¡Denme aire que me ahogo! Tío Pedro, el problema es al revés... ¡tenemos muchos cuartos y no tenemos turistas para llenarlos...! Y la tragedia, querido Tío Pedro, es un millón de habitantes ya “asentados” que tienen la mala y perniciosa costumbre de comer (algunos hasta tres veces al día—el colmo de la degeneración) y que pretenden que del turismo tienen que vivir, claro y por supuesto, ignoran que el estado letal y desastroso de la carretera a Acapulco era parte de un plan fríamente calculado para que solo los audaces y valientes visitaran Acapulco.

Esto es, una llave de globo de plomería, con que regulaban las temporadas turísticas... (además de los retenes) Si se aproximaba algún “puente” turístico, llenaban de hoyos la carretera... si faltaba turismo, tapaban los baches, y en la temporada invernal ponían todos los “bulldozer” a trabajar en el camino y una remodelación total en el Aeropuerto. Por eso le hicieron tantas. Hasta la de ahora que la dejaron de colorines como ollita de barro de feria. El nombre científico de este “Plan Maestro” es el de “regulación de afluencia turística por estrangulación de accesos y medios de comunicación” y el nombre en clave es el de “Guillotina” (¡todo se sabe, tío Pedro, todo se sabe!)... y hace tres años que se preveían unas temporadas magníficas para regular al turismo, se ordenó la remodelación de la Costera ¡para cortar de tajo toda aspiración de acceso a Acapulco por el turista nacional y extranjero!

Es por eso que todo Acapulco tiembla de miedo cuando los funcionarios turísticos federales, estatales y municipales, siempre llenos de optimismo y despegando los pies de la tierra, al estilo portugués, tienen la ampulosa costumbre de contar los caballos por las patas, esto es, cien caballos son cuatrocientos caballos. Cuando anuncian “esta temporada turística vendrán medio millón de turistas” , la operación “Guillotina” cae y se disuelve la carretera, reconstruyen los puentes, aumentan los retenes, las compañías aéreas se ponen el huelga, remodelan el Aeropuerto, la Estrella De Oro y la Flecha mandan al taller a todas sus “chatarritas” , la transportación al Aeropuerto realiza un paro de protesta contra los taxistas y los taxistas otro contra “El Niño De Rivera” (no es torero, es concesionario) y es por tal que viviendo cuarenta años en Acapulco con paciencia, su servidor y todos los acapulqueños seguimos como mártires “tontejos” esperando y esperando la “temporada buena” que ahora sabemos ¡al fin! nunca llegará por la “regulación de la afluencia turística” que dirige al turismo a otros “polos de desarrollo”: Cancún, Ixtapa, que por una feliz coincidencia y mero azar “Kismet” en esos “polos” todas las inversiones inmuebles tienen una placa de bronce que dice así “Este edificio se construyó con los mismos materiales, el mismo “maistro” , los mismos albañiles y el mismo arquitecto que hizo el Palacio-Federal-Estatal-Municipal-Legislativo-Policiaco, en tal día, de tal mes, de tal año.

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