Reflexiones de Joe Killer para Ernesto García Moraga.
Soy Joe Killer el detective, el investigador privado que usa en su funda-brassier sobaquera un cañón naval recortado y con silenciador.
En las “apreturas” de un camión urbano después de salir de las “apreturas” del Mercado Central, me puse a reflexionar sobre el crimen demagógico que han cometido con Acapulco al convertirla en una “macro ciudad” sin servicios, super-poblada y ya sin remedio.
Y hagamos historia, todo nació con el “paracaidismo” sumado a la rapacidad de los fraccionadores que se “comieron” y vendieron ejidos. En Acapulco está el “muestreo” de cómo no se debe proyectar una ciudad y en el sexenio pasado, lo mismo que en el anterior, reinó la anarquía demagógica volcando sobre el puerto miles de millones no en lo que llaman la infraestructura turística para crear más empleos, sino en crear “colonias populares” despoblando Guerrero, Oaxaca, Michoacán y aún Morelos, con habitantes que no tienen trabajo ni posibilidades de obtenerlo, pero que son propietarios de lotes en colonias que ahogan al puerto de Acapulco, dándose por miles los casos parecidos a éste que relato:
Un amigo “maistro” albañil, ahora es ya ejidatario de Morelos, tiene su parcela que siembran peones a sueldo de él, recoge la cosecha y la vende, trabaja en Acapulco como albañil. Fue “paracaidista” en La Laja, donde tiene una casa –que renta-, fue “paracaidista” en la Colonia jardín y trajo a sus hermanos –también ejidatarios de Iguala-, tienen casa en La Jardín y en la Colonia Azteca. Todos ellos trajeron a sus familias y los peones trabajan el ejido.
Soy Joe Killer el detective, el investigador privado que usa en su funda-brassier sobaquera un cañón naval recortado y con silenciador.
En las “apreturas” de un camión urbano después de salir de las “apreturas” del Mercado Central, me puse a reflexionar sobre el crimen demagógico que han cometido con Acapulco al convertirla en una “macro ciudad” sin servicios, super-poblada y ya sin remedio.
Y hagamos historia, todo nació con el “paracaidismo” sumado a la rapacidad de los fraccionadores que se “comieron” y vendieron ejidos. En Acapulco está el “muestreo” de cómo no se debe proyectar una ciudad y en el sexenio pasado, lo mismo que en el anterior, reinó la anarquía demagógica volcando sobre el puerto miles de millones no en lo que llaman la infraestructura turística para crear más empleos, sino en crear “colonias populares” despoblando Guerrero, Oaxaca, Michoacán y aún Morelos, con habitantes que no tienen trabajo ni posibilidades de obtenerlo, pero que son propietarios de lotes en colonias que ahogan al puerto de Acapulco, dándose por miles los casos parecidos a éste que relato:
Un amigo “maistro” albañil, ahora es ya ejidatario de Morelos, tiene su parcela que siembran peones a sueldo de él, recoge la cosecha y la vende, trabaja en Acapulco como albañil. Fue “paracaidista” en La Laja, donde tiene una casa –que renta-, fue “paracaidista” en la Colonia jardín y trajo a sus hermanos –también ejidatarios de Iguala-, tienen casa en La Jardín y en la Colonia Azteca. Todos ellos trajeron a sus familias y los peones trabajan el ejido.
Los primos ya llegaron con toda la familia y tienen lotes en la Colonia Emiliano Zapata y otros en la Colonia 20 de Noviembre, mientras hay miles de pobladores de Acapulco con una “antigüedad” de toda la vida que no tienen lote, casa ni posibilidades de obtenerla. Hay casos de maleantes que se refugiaron aquí, otros huyendo de la “vendetta” costeña o del cacique, los más gente honesta que cegados por el “oropel” de Acapulco vinieron por su “lote” y el trabajo que nunca hallaron y para sobrevivir hacen “de lo que sea” –vendedores ambulantes-, y si la tentación y el hambre es “dura”, hasta roban.
Es divina nuestra Constitución -¡El cielo nos la conserve siempre!- que permite que trabajemos con lo que queramos y donde deseemos, más a la hora de crear colonias y repartir lotes de cualquier ciudad si no existiera la demagogia, lo justo es que los habitantes de una ciudad con residencia probada permanente de por lo menos cinco años sean “mano” , y los de más antigüedad con más derecho. Aquí no fue así y ahora estamos sobresaturados y sin solución viable porque sigue el círculo vicioso.
Dice una sentencia china (¡...y si no es china se callan...no me estropeen el editorial....!) ¡Dad a un hombre pescado y comerá un día....Dad a un hombre cuerda , anzuelo y carnada, enseñadlo a pescar y comerá toda su vida....!
Si en el sexenio pasado que dicen se “derramó” sobre el puerto seis mil millones de pesos para borrar la imagen de los “dos Acapulcos” , quizá s lo único que lograron es “un solo Acapulco”, sin servicios, sin que alcance el agua, sucio y destruido en su parte turística, sin fuentes de trabajo y miles de habitantes con lotes de casas de cartón y palapa, y sin medios de subsistir. Cuando podían haber empleado dos mil millones de pesos en crear una infraestructura turística, con todo lo que implica sobre Acapulco.
Es divina nuestra Constitución -¡El cielo nos la conserve siempre!- que permite que trabajemos con lo que queramos y donde deseemos, más a la hora de crear colonias y repartir lotes de cualquier ciudad si no existiera la demagogia, lo justo es que los habitantes de una ciudad con residencia probada permanente de por lo menos cinco años sean “mano” , y los de más antigüedad con más derecho. Aquí no fue así y ahora estamos sobresaturados y sin solución viable porque sigue el círculo vicioso.
Dice una sentencia china (¡...y si no es china se callan...no me estropeen el editorial....!) ¡Dad a un hombre pescado y comerá un día....Dad a un hombre cuerda , anzuelo y carnada, enseñadlo a pescar y comerá toda su vida....!
Si en el sexenio pasado que dicen se “derramó” sobre el puerto seis mil millones de pesos para borrar la imagen de los “dos Acapulcos” , quizá s lo único que lograron es “un solo Acapulco”, sin servicios, sin que alcance el agua, sucio y destruido en su parte turística, sin fuentes de trabajo y miles de habitantes con lotes de casas de cartón y palapa, y sin medios de subsistir. Cuando podían haber empleado dos mil millones de pesos en crear una infraestructura turística, con todo lo que implica sobre Acapulco.
Con facilidades y seguridad al inversionista y “volcar” sobre tres poblaciones cercanas que podían ser: Coyuca, Tecpan y Tierra Colorada, mil millones de pesos a cada una para convertirlas en “polos de desarrollo” industriales, agropecuarios y turísticos y con los otros mil millones habérselos inyectado a poblaciones pequeñas que rodean y están en el municipio de Acapulco, que serían “politos de desarrollo” y fuentes de trabajo para todos los que estamos amontonados en el puerto.
Eso hubiera sido la cuerda, el anzuelo, la carnada y las clases de pesca, para comer, comprar su lote y construir la casa, con trabajo y sin paternalismos demagógicos, como dice la antigua sentencia árabe (¡.....y si no es árabe, se callan ...y no me estropeen el editorial!).
Eso hubiera sido la cuerda, el anzuelo, la carnada y las clases de pesca, para comer, comprar su lote y construir la casa, con trabajo y sin paternalismos demagógicos, como dice la antigua sentencia árabe (¡.....y si no es árabe, se callan ...y no me estropeen el editorial!).
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