domingo, 24 de junio de 2007

¿Qué comeremos?

Soy Joe Killer, el detective, el investigador privado que usa en su funda brassier sobaquera un cañón naval de 300 mm recortado y con silenciador.

Ante la avalancha de sucedáneos, placebos y análogos alimenticios que casi son pero en realidad son solo una triste imitación de lo que antes existía. Quiero dejar testimonio para la historia y las generaciones venideras, de las ricas y verdaderas comidas, alimentos y materias que la naturaleza nos brindaba y que casi han desaparecido de nuestro planeta. Atención que comienzo:

CARNE

Aunque algunos historiadores lo niegan, la CARNE existió y se comía del ganado vacuno, porcino, “borreguil” y “cabrino”....(¿así se dirá?) en ricos filetes, chuletas y hamburguesas de carne molida, tal como ahora comemos la soya en gramos y rehidratada, con marcas variadas y sabores: De tocino sintético, chorizo de caguama y algas marinas (¡ojo!....escribí algas).

POLLO Y AVES

Hace muchos, muchísimo años, éstas ahora degeneradas aves vivían en corrales, gallineras o se movían libremente comiendo maíz y elementos naturales. Las gallinas y pollos eran gordos, sabrosos y sustanciosos. Los gallos, viriles y cantadores. Si se hervían salía un caldo tan rico y lleno de proteínas que a los 40 días las parturientas se levantaban de la cama pesando treinta kilos de más y ya embarazadas de nuevo.

Ahora los cubos, polvos y pastillas que garantizan con $10,000 pesos el que son de pollo ¡es verdad....lo son! Pero de pollo entero, con plumas y “tripitas” de pollos criados en prisión, pálidos y macilentos, de carne cadavérica y fofa, retacados con alimentación falsa e inyecciones hormonales que obligan a las gallinas a poner huevos pálidos, frágiles de cáscara y consistencia, con yemas amarillo triste y claras....clarísimas y aguadas.... y por el estilo todas las aves.

LECHE, CREMA, NATAS Y MANTEQUILLA (productos de vaca)
Sé que todos mis lectores leerán con escepticismo pensando que me burlo de ellos al asegurar que de la vaca (y otros mamíferos) se obtenían estos productos que todos sabemos ahora solo son –empezando por la leche- talco inerte, lactosa sintética proteinada, sales artificiales y colorantes grasos, excipiente de propilenglicol y agua....muchísima agua. ¡Eso, eso! Ríanse. Pero les aseguro que la antigua leche era rica, gruesa, sabrosa, nutritiva y formaba nata que si se batía, se convertía en mantequilla (un producto parecido a la margarina petrolera pero más sabrosa y nutritiva) y si se adicionaba “cuajo” natural, se formaba queso, tratamiento que si se da a la leche que conocemos, solo forma “bolas de boliche”, duras y resistentes.

VEGETALES, FRUTAS Y VARIOS

El tomate que viene retratado en la cubierta de las latas -¡ahora impreso solo para que funcione como “reflejo acondicionado de Pavlov”- es el que en niñez molían en metate las sirvientas. En mi juventud mi mamá lo hacía en licuadora y ahora es solo un caldo espeso, rojo, con “artificial flavor” (sabor artificial....ignorantes!!!). Las patatas “u” papas, tubérculos subterráneos (que yo aseguraba se daban en árboles), se pelaban y rebanaban para freírlas en aceite o se molían hervidas para riquísimos purés, son ahora esas “tecatitas” fritas en aceite de automóvil que con cinismo asegura la publicidad: “A que no puedes comer solo una” Y no, no lo puedes hacer. Prefieres escupirla a la basura. Los purés se tienen que hacer con un polvo amarillento con nombre de dictador italiano (“Musulini” o algo así) que al hidratarlo sirve como puré o para resanar agujeros en las paredes.

La lista es tan larga, que me llevaría la edición completa de Puerto, más como esto es un testimonio para la posteridad –y no como algunos de ustedes mal pensados creen que es una serie de “cacayacas” contra la Secretaría de Salubridad, que permite que estos “sucedáneos” se vendan, o contra la Industria y Comercio que permite que se fabriquen-

Este testimonio ya completo, con datos y fotografías será guardado en una cápsula y enterrado en la primera obra gigante que realice el Fideicomiso de Acapulco, o de a perdida, uno de los corralitos “pa´ cuches” de bambú de los camellones de la Costera, única obra tangible y de “cuerpo presente” del poderoso Fideicomiso.

No hay comentarios.: