Choque de generaciones: El Detective Joe Killer les relata un dramático caso.
El famoso industrial observaba por la ventana el humo que salía de las chimeneas, y se regocijaba en la extensión de los techos, y de los patios de carga donde se movían como hormigas los hombres que laboraban en el inmenso completo industrial que con sus manos, su cerebro y sus ideas había creado, amén de su tremenda capacidad de trabajo, su certero don de ejecutivo y diez socios que había defraudado, satisfecho tomo la pastilla medicinal de las diez de la mañana (para las coronarias) y dijo a su hijo, su heredero único, su orgullo:
-Hijo mío...mira...observa esto pequeño (el pequeño era ya un “gorila” de 20 años de edad) ¡Todo esto...es tuyo. Lo he creado para ti.... es tuyo.
Mientras el pequeño observa por la ventana, entra la secretaria diciendo: -¡Señor, los inspectores de Hacienda ya están aquí...! ¿Los llevo con el contador?
-Sí, señorita, haga eso. El industrial toma un frasco de tres pastillas y las toma con un trago de agua (son para los nervios), volviendo a su hijo le dice: -¿Qué te parece, eh?
El “pequeño” aún embobado responde: -¡Muy grande!
-¡Así es, hijo mío... muy grande! Somos la empresa más poderosa y más.... (lo interrumpe el intercomunicador con la voz de otra secretaria diciendo) -¡Señor, los líderes del Sindicato vienen a verlo a usted con un emplazamiento a huelga! ¿Los paso a la sala de conferencias? -Sí, señorita haga eso. En seguida estaré con ellos.
El industrial toma una botella con un líquido blanco lechoso y se toma un trago largo (es para la úlcera) y acercándose al joven le exige cariño.
-¿Y qué pequeño... qué opinas... qué planes tienes... dímelo... en mí encontrarás al padre, al amigo, al consejero, al.... (lo interrumpe el intercomunicador ) -¡Señor, le hablan del banco... es acerca de los documentos vencidos...! ¿Qué les digo? (Aullando) -¡No estoy...he salido... vuelvo en ocho días...! Corta el aparato y se toma dos pastillas con un trago de agua (son para la presión).
Dirigiéndose al “gorilita” -Continúa, sí hijo mío... soy el mago que te entregará esta maravilla industrial para que continúes en un olímpico relevo al camino que... (entra la secretaria diciendo) -¡Señor, los inspectores de Industria y Comercio quieren verlo... qué les digo?
Tembloroso responde: -¡Mañana, mañana los recibo! Dígales que he salido... ayúdeme... sí... sí... mañana los veré. (Saca de su escritorio una botella y toma un trago –es un tranquilizante-) Al joven: -Ahora, hijo mío....dime qué puesto quieres?
JOVEN: (Meditando al fin exclama) ¡Padre... yo quiero ser obrero!
PADRE: (Algo desilusionado) ¡Bien... hijo mío... bien pensado. Quieres empezar desde abajo... para que así peldaño a peldaño vayas subiendo la escalera del éxito por tus propios...
JOVEN: (Interrumpiéndolo) No, padre mío... te equivocas. Quiero ser obrero toda mi vida.
PADRE: ¿Cómo? ¿Qué estás diciendo?
JOVEN: (Decidido) Eso es...padre amado...quiero ser obrero.
PADRE: ¡Cielos santos.... un comunista en mi familia!
JOVEN. No, padre. Solo quiero ser un obrero, con ocho horas diarias de trabajo, en lugar de las 16 horas que tú trabajas, con el sábado y domingo para descansar en vez de venir a revisar las cuentas. Quiero mis veinte días de vacaciones anuales que tú no tomaste ni nos diste. Quiero los “puentes” y días festivos, cívicos, religiosos y de apoyo político. Quiero mi sueldo seguro y mis horas extras, mi reparto de utilidades y no deberle a los bancos como tú. Quiero una casa pequeña ---------------- pagar como pueda, compras en tiendas con todo ----------------- televisión, refrigeración, radio, luz y -------------- cine o a bailar sin preocuparme por el mañana.
PADRE: ¡Pero es que yo....!
JOVEN: Tú, padre amado, la última película que viste fue King Kong... y aún bailas el Charleston. Yo quiero una vida tranquila, sin infartos, presión alta, úlceras, alteraciones nerviosas y sin tensiones. Mi salud la cuidará la seguridad social. Mi Sindicato me protegerá y ya viejo tendré mi pensión y mis hijos si los tengo, serán también obreros.
PADRE: (Ahogándose indignado) ¡Tú... tú... mi... hijo... un... obrero...!
JOVEN: No padre, voy a ser un hombre feliz.
PADRE: ¡No, tú no te atreverás a hacerme esto...!
JOVEN: Sí, padre amado... voy a ser obrero y un hombre feliz, y si consigo un trabajo en una empresa estatal como PEMEX, seré doblemente feliz porque el Gobierno me protegerá... ¡Adiós, padre amado, adiós maldito burgués capitalista...! (sale)
PADRE: (Con un dramático grito) ¡Hijo.......mío......!
(Lo interrumpe la secretaria diciendo)
¡Señor, el contador dice que no consigue dólares de los baratos ni de los caros y que las fábricas van a parar porque... (la interrumpe el industrial aullando brinca por la ventana, llevándose los cristales en su viaje de diez pisos hasta el suelo.
Un grito queda en el ambiente que va desvaneciéndose poco a poco....¡Te... odio... Fideeeee............!!!!!!!
jueves, 14 de junio de 2007
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