Soy Joe Killer, el detective que ahora asesorado por su Buffete de Abogados Manjares (Chucho y Beto), me lanzo como abogado defensor en mi primer caso en estas lides, y comienzo...
Señor Juez, Señores Miembros del Jurado:
Hemos escuchado los alegatos del Sr. Fiscal en los que se trasluce que el Ministerio Público en su función de protección a las llantas, acusa a un nombre ciudadano indignado, del asesinado de una malvada rueda de carro blindado, odiado por el pueblo, que ha recibido vejaciones sin límite por estos armastostes. Mi distinguido colega quiso darle “hasta con la cubeta” y lo acuso de premeditación, alevosía y ventaja.
¡A este espejo de virtudes, dicharachero, humorista y bullanguero que es mi defendido....Leoncio, el Marino....!
Y yo sostengo que mi honesto colega y fiscal...miente como un bellaco.....! (Con todo mi respeto, colega, estoy ganándome la “papa”).
El nombre Leoncio no asesinó a la llanta. Solo fue un instrumento del destino el que guió la indignación de un pueblo atormentado, oprimido, vejado, extorsionado y lastimado por toda clase de policías, oficiales, guardias blancas y policías infantiles blindadas al servicio de mercachifles, mercenarios y fenicios (aplausos en la sala).
Juez: -Silencio....silencio en la sala o la hago desalojar. Orden...orden... continúe usted, abogado.
Joe: -Sr. Juez, señores del jurado.... Mi defendido no es un asesino. Mi defendido es un héroe civil que con ese pequeño cartucho de salva, calibre 22...
Fiscal: -Sr. Juez, el defensor quiere enredar las cosas... fueron cuatro y de 9 mm... ¡La llanta quedó como zapote caído del árbol.....!
Joe: -Le suplico al fiscal que no moleste con minucias de detalles que no vienen al caso.... y prosigo... Haciendo historia, quiero mencionar que ese servicio, si en principio era de utilidad para la seguridad bancaria, poco a poco, ensoberbecidos en su imaginaria impunidad por ser portadores y servidores del Rey Midas, se convirtieron en el azote del automovilista y del peatón. Creyeron que tenían el “derecho de pernada” para violar sentidos contrarios y caer como “popozota” de vaca voladora en medio de una calle y quedar “aplastadotes” hasta que se les hinchaban..... las venas....! Su soberbia y altanería fueron creciendo y para bajar una “cuinche” alcancía infantil de “cochinito” hacen un despliegue ostentoso, ridículo y peliculero de matones del oeste, o de Starsky y Hutch en final de serie, persignando hasta a ancianas y niños con la escopeta “zanatera” y pistolas a los cowboy, buscando que un niño con un globo los desafiara y practicaran el “saque rápido”.
No hay automóvil en Acapulco que no tenga un “llegue” . Son cientos de carros que han destripado, miles de peatones muertos de susto, ofendidos y vejados... Se tomaron los derechos de vía que respetan Cruz Roja, Servicios de Emergencia y aún la Policía Oficial... hasta que se toparon con un hombre, un oficial marino, un caballero bragado, un profesional que cumplía su deber y juramento en una emergencia médica y quisieron burlarse, mofarse y befarse de él, de su urgencia profesional para desplazarse con rapidez.
La llanta ahora desaparecida trágicamente, aconsejó a sus arbitrarios manejadores: “Díganle que aunque estamos en sentido contrario y “aplastadotes” hace una hora, somos de la Sagrada Policía del Rey Midas y que en sus galones de oficial marino nos meamos y en su profesión médica y su urgencia nos zurramos y finalmente que nos de por muertos y que.... (esto es textual, Sr. Juez) Los inexpertos manejadores obedecieron las ordenes de la malvada llanta, olvidando que la Marina Mexicana hay una regla no escrita de hombría que reza: “Nunca saques el arma sin razón, ni la guardes sin honor”.
Los custodios acentuaron su ofensa con cortar cartucho con la escopeta “zanatera” y la malvada llanta aún gritaba “Tírenle.....tírenle...y lo acusamos de que iba a robar un centenario.....!
Sr. Juez, señores del jurado...mi defendido Leoncio, el Marino, ante el hecho inminente de que peligraba su vida, de una ofensa a su hombría, a su honestidad y a su condición de oficial marino, reaccionó como se esperaba de él y por no lastimar a los tontos custodios, sacó una “pistolita” de “salvita” y la llanta murió del susto.
Señores del jurado, pueblo de Acapulco, si condenamos a este hombre, nos condenamos a nosotros mismos....
Hizo lo que todos queríamos hacer para que se reconocieran nuestros derechos ciudadanos ante la arbitrariedad. Y si como dicen: “....en la bazuca que disparó al dictador Somoza estaba el deseo del pueblo de Nicaragua.....” , en el “gatillito” de la “pistolita” que disparó Leoncio, el Marino, estaba el “dedo” del pueblo de Acapulco.
¡Gracias!
(Aplausos.....gritos....cuetes....alegría.....)
Jurado: -¡Inocente....inocente..... inocente..... inocente!
Juez: -¡Queda en libertad el acusado! Y lo nomino al gatillo más veloz del Oeste del Río Papagayo.
(Ovación final)
lunes, 4 de junio de 2007
El caso de la llanta de Panamericana Money Protection Corporation asesinada por Leoncio
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