lunes, 4 de junio de 2007

El caso de los condominios por dia.

El comprar departamentos por meses, días u horas, es dar dinero para que otros se construyan su “castillo”.

Constructivo relato para Ernesto García Moraga.

Soy Joe Killer, el detective investigador privado que usa en su funda brassier –Peter Pan- sobaquera, un cañón naval Mágnum (¡ví la película!), de 300 mm, recortado y con silenciador.

Creí que en mi vida ya había visto todo en lo referente a los “trinquetes” legales. La última vez casi me vendieron como “borrego” a la Cía Koscot de artículos de belleza femenina, por el díez por ciento del total que yo comprara, después de lavarme el cerebro unos fantoches-merolicos-seudosicólogos, que me nombrarías distribuidor de “ninguna zona” (todos venden donde quiera), escapé como pude del Hotel de México donde me había encerrado; pero no pude salvar a miles de incautos que han de tener todavía los closets de sus casas llenos de miles de frascos y botellitas de basura cosmética y un solo afán: ¡Vender a sus amigos y conocidos por el diez por ciento de lo que éstos compren a Koscot...! Es una progresión geométrica en la que al final todos los habitantes de la tierra sean distribuidores de Koscot de “ninguna zona”, porque el negocio no es vender los cosméticos, sino a los amigos....! Es como las famosas “cadenas” de las doce cartas a “San Alejo”.

Pues bien amigos lectores, ha nacido otra trampa “atrapa-conejos”: Los condominios por meses. Esto es: Usted compra un mes del año y tiene derecho a disfrutarlo en vacaciones o rentarlo por ese lapso de tiempo lo que está bien, si tiene el dinero o quiere hacerlo. Lo que no está bien y en eso tienen muy amarga experiencia cientos de compradores que les vendieron una “basura”, que no un departamento, en un edificio moderno y bien construido. ¡Yo personalmente tiemblo cuando “tiembla” porque el día que haya un sismo de los “buenos”, que no lo ha habido en un lapso de años, los mismos en que ha sido la euforia y la locura de construir condominios, temo que éstos se van a venir al suelo como castillo de naipes y no porque no han presentado planos, estudios de cimentaciones, cálculos estructurales, etc., todo está completo y perfecto.....¡en los planos!

En la realidad, los “promotores” se gastaron la mitad en publicidad, la edificación se las dan a constructoras “chafas”, con presupuestos “muertos de hambre”, en las que los arquitectos e ingenieros son maravillosos escenógrafos teatrales, porque nada es lo que aparenta ser. La maciza columna de concreto, solo polvorones arenosos con un baño de cemento; las varillas de acero de una pulgada, por arte de magia se convirtieron en el “colado” en alambrón recocido de un cuarto de pulgada. Las sólidas paredes, en donde con clavito se piensa colgar el cuadro de la suegra, al primer martillazo las convierte en una puerta de comunicación de tres metros de ancho, con el vecino del edificio.

Mientras las constructoras “chafas” y los promotores de ventas “balines” cerraron sus ostentosas oficinas, recogieron su maqueta que es lo mejor de la construcción y lo más sólido), sus mesitas de dibujo y los banquitos y....¡corre conejo....corre veloz! Que los problemas los resuelvan los consejos de propietarios o “condóminos”, ahora así llamados los “pichones”.

¿Qué las Asociaciones de Ingenieros y Arquitectos de Acapulco, formadas por profesionales honestos y responsables protestan? ¡Claro! Cómo no lo van a hacer si ellos mejor que nadie saben y ven lo que están haciendo las constructoras “gitanas” (un día aquí y otro allá), mientras a ellos solo les caen las “chambas” de poner azulejo a un baño, aplanado de un muro, construcción de una perrera, impermeabilización de un garage o la máxima obra a que pueden aspirar en este desleal medio: ¡Un drenaje con fosa séptica y tapa con loza de concreto! El que lo logra, le dan una cena, lloran de alegría todos los miembros de las Asociaciones y develan una placa de bronce sobre la fosa séptica.

Pues bien, ahora ya llega la “ciniquez” de los promotores de ventas “balines” de vender casonas viejas “rehabilitadas” y hoteles en quiebra con su “manita de gato” convertidas en condominios para “entrega inmediata” –con veinte años y siete temblores a cuestas-, anunciadas glamorosamente en la televisión con fotos fijas, en las que el comprador –“pichón”- condómino cree que está comprando junta la playa, siendo que el “vejestorio” está en los cerros como la casa de Drácula.
**Por este artículo el Sr. Moraga se hizo acreedor al Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Humor.

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